La velocidad del sonido (300 metros por segundo; 1080 kilómetros por hora) se puede "observar" cuando los jets o autos (sí, autos también) la superan porque se forma una aureola blanca alrededor de ellos.
También se produce un ruido de explosión, que no tiene mayores consecuencias en los viajantes. Se dice que éste se podía escuchar en el recordado único avión supersónico, el Concorde, ya fuera de circulación.
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