Lamentablemente, otro proceso de aprendizaje cultural en Argentina ha sido interrumpido, debido a la muerte de Néstor Kirchner. Y esto no es bueno para nadie.
1) Primero fue Juan Domingo Perón en 1955. Fue un proceso populista, demagógico y dictatorial interrumpido por uno de los tantos golpes militares, el de la autodenominada Revolución Libertadora de Aramburu y Rojas.
2) Luego fue de nuevo J. P. Perón en 1974, muriendo justo cuando empezaba a aleccionar a los guerrilleros y a desandar sus desastres políticos anteriores. Recordar el abrazo de Balbín, el "para un argentino no hay nada mejor que otro argentino", y cuando hechó a los imberbes de la Plaza de Mayo.
3) Otro proceso interrumpido fue el golpe de 1976, cuando se empezaba a notar la inoperancia del peronismo y los injustificables ataques terroristas de los guerrilleros en plena democracia.
4) Ahora nos estamos evitando otro proceso de aprendizaje cultural enorme. Si Kirchner hubiera ganado las elecciones presidenciales en 2011, ese hubiera sido un último gobierno catastrófico que hubiera ejercido (2011-2015) pero que hubiera clarificado a todos sus votantes de que él realmente fue un desastre para el país, además de haber sido el presidente más corrupto de la historia argentina. Nunca hubiera podido ganar él ni su esposa las elecciones de 2015, porque el pueblo hubiera estado listo para "aprender" la lección. En cambio, si hubiera perdido en 2011, los Kirchner se habrían dado cuenta de manera democrática que el pueblo ya no los quiere y se hubieran tenido que retirar de la política. Aún en ese escenario, el pueblo ya hubiera "aprendido". No votarlo es la consecuencia de aprender.
Ahora, Néstor nunca va a poder ir a la cárcel por los cientos casos de corrupción. Y nadie va a poder decir que el pueblo aprendió, se cansó de él, y nunca más lo votó. Lamentablemnte, nunca vamos a estar seguros de si el pueblo procesó y entendió el desastre de los últimos siete años y medio.
Si Cristina gana las elecciones del año que viene, eso confirmará que el pueblo no aprendió. Y si las pierde, eso no va a confirmar nada, porque Cristina no es lo mismo que Néstor, así que nunca vamos a estar seguros de lo que el pueblo entendió en estos años.
No es un momento de alegría que el peor presidente, junto a J. D. Perón, de la historia argentina haya muerto con posibilidades de ganar otra elección presidencial. Este es un nuevo, y cuarto luto de la historia. No por su muerte. Sino por no haber terminado un proceso de aprendizaje cultural y democrático que nos hubiese fortalecido como país en el largo plazo.
